Más de un millón de personas protestan en desafío a los ataques de Trump

El sábado, más de un millón de personas salieron a la calle en más de 1.400 ciudades diferentes de todo el país en los 50 estados (y también en algunas ciudades europeas), en un claro rechazo a la avalancha de ataques y caos masivo de la administración Trump.

Manifestaciones masivas con más de 100.000 personas tuvieron lugar en Washington y Nueva York. Hubo grandes protestas que fueron de varios miles a 10,000 o más en Atlanta, Austin, Boston, Chicago, Denver, Detroit, Los Ángeles, Minneapolis y más. En muchas grandes áreas metropolitanas hubo protestas en varias ciudades con miles de asistentes, como en el Área de la Bahía, Houston y San Luis.

Las protestas no se limitaron a las grandes ciudades, sino que también tuvieron lugar en ciudades pequeñas y pueblos suburbanos y rurales de todo el país, incluso en algunos bastiones republicanos de Iowa, Florida, Idaho y otros.

Estas manifestaciones fueron las mayores protestas en un solo día desde el regreso de Trump a la presidencia en enero – y para muchos lugares, fueron las mayores manifestaciones que tuvieron lugar desde el amplio movimiento de protesta que sacudió al país en 2020 tras el asesinato de George Floyd.

El grito de guerra de las protestas fue «Manos fuera»: ¡manos fuera de todo! En las protestas participaron personas de toda condición: jóvenes, mayores y también muchas personas que protestaban por primera vez. Los manifestantes se presentaron con pancartas hechas en casa que se oponían a todos los aspectos de la administración Trump, condenando los ataques a la Seguridad Social, Medicaid, Medicare, Educación, Asuntos de Veteranos, Parques Nacionales, Correos y más.

La indignación también se centró en Elon Musk, cuyo programa DOGE ha estado en gran parte a cargo del despido masivo de miles de trabajadores federales, y el desmantelamiento de muchos programas y departamentos federales.

Los manifestantes condenaron abrumadoramente los flagrantes ataques de la administración contra los inmigrantes, los derechos reproductivos, la libertad de expresión, las personas trans y el aumento de la represión hacia el activismo. Y hubo una clara oposición al renovado apoyo de la administración Trump a la descarada escalada de Israel en su asalto genocida contra los palestinos.

Las manifestaciones fueron convocadas por diversos grupos y organizaciones sin fines de lucro, muchos de ellos vinculados al Partido Demócrata. Y muchas manifestaciones contaron con oradores vinculados a políticos demócratas, que están haciendo todo lo posible para tratar de canalizar estas protestas en un apoyo revitalizado al Partido Demócrata, advirtiendo a la gente que la única manera de detener a Trump es votar por ellos.

Sin duda, los demócratas tratarán de cooptar estos movimientos para salir elegidos, pero eso no significa que vayan a tener éxito. Para muchos, los demócratas también han quedado expuestos como los mismos fieles defensores de este sistema que Trump. Tanto Obama como Biden han deportado a más inmigrantes que Trump. Los demócratas son igual de responsables de apoyar el genocidio de Israel, de recortar los servicios sociales, de defender a los patrones contra los trabajadores, todo ello mientras aumentan el gasto militar y proporcionan rescates a los mayores bancos y corporaciones.

A lo largo de todas estas manifestaciones, hubo una clara expresión de un sentimiento creciente – que nuestras vidas están bajo ataque y depende de nosotros luchar; que no podemos sentarnos y esperar a los tribunales, que Trump ha estado dispuesto a desafiar abiertamente; que no podemos esperar más promesas vacías de los demócratas; que nuestro futuro depende de nosotros y sólo de nuestros esfuerzos. Estas manifestaciones confirmaron aún más ese sentimiento, y nos mostraron que no estamos solos en nuestra oposición, sino que somos bastante numerosos.

Manifestaciones como éstas nos permiten ver el tipo de poder que tenemos si seguimos organizando nuestras fuerzas. Tenemos el poder no sólo de desafiar sus ataques y defender nuestras vidas, sino de poner fin a este sistema que sólo beneficia a los multimillonarios, y de luchar por un mundo que represente a la inmensa mayoría de la humanidad.

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