
Los enormes incendios que asolan Los Ángeles han provocado una destrucción sin precedentes. Al menos 24 personas han muerto y más de 12.000 estructuras han quedado destruidas, desde viviendas y empresas hasta escuelas, edificios de apartamentos y vehículos. Unas 200.000 personas están bajo orden de evacuación en el condado de Los Ángeles. Los daños totales hasta el momento superan los 150.000 millones de dólares.
La enorme velocidad y escala de la destrucción causada por estos incendios ha sido horroroso. Pero estas condiciones no surgieron de la nada, y los incendios de esta magnitud son cada vez más frecuentes. La mayoría de los incendios forestales más destructivos de California se han producido en los últimos diez años.
El continuo calentamiento del planeta provocado por la quema de combustibles fósiles ha creado la tormenta perfecta de condiciones para incendios enormes como estos. Los Ángeles se enfrenta a una sequía sin precedentes. La alteración del clima también ha provocado vientos intensos y condiciones meteorológicas extremas. En el pasado, la temporada de incendios en California se limitaba a los meses de verano. Pero estos enormes incendios se están produciendo durante el invierno: ahora siempre es temporada de incendios.
Y aunque todo esto es bien sabido y comprendido por los funcionarios electos, no se ha hecho nada para prevenir incendios de esta magnitud, ni para prepararse para responder a ellos cuando se producen. A pesar de que en Pacific Palisades viven muchas de las personas más ricas de Los Ángeles, los bomberos se vieron completamente desbordados. Los fuertes vientos fueron capaces de enviar brasas a más de una milla de distancia, extendiendo el fuego demasiado rápido para que los bomberos pudieran responder adecuadamente. Y debido a los fuertes vientos, los helicópteros no podían volar para lanzar agua. Al mismo tiempo, la demanda de agua fue tan grande que el 20% de los hidrantes se secaron en las primeras horas de lucha contra el incendio de Palisades. Se utilizó tanta agua que los tanques que abastecían a los hidrantes no pudieron rellenarse con la suficiente rapidez. Toda la infraestructura de extinción de incendios no ha sido equipada para luchar contra incendios de esta magnitud.
En lugar de aumentar los fondos para los departamentos de bomberos de Los Ángeles, en todo el estado y en todo el país, los departamentos de bomberos están perdiendo fondos, y cerrando estaciones de bomberos. El presupuesto del Departamento de Bomberos de Los Ángeles sufrió un recorte de 17,6 millones de dólares en junio del año pasado, a pesar de que los bomberos recibieron aumentos salariales. Los departamentos de bomberos de California tienen tan poco personal que unos 1.000 presos formados como bomberos están siendo utilizados para luchar contra estos incendios, ganando sólo un dólar por hora o menos. Se han desplegado unos 400 miembros de la Guardia Nacional para ayudar con el cierre de carreteras y otros problemas. Recientemente han llegado bomberos de Canadá y México. Y aun así los incendios siguen avanzando, y el viento se está levantando de nuevo.
Al mismo tiempo, algunas personas adineradas incluso contrataron a sus propios bomberos privados para proteger sus propiedades. Mientras gran parte del distrito comercial central de Pacific Palisades ardía hasta los cimientos, Palisades Village -un lujoso centro comercial al aire libre propiedad del multimillonario promotor Rick Caruso- sobrevivió porque Caruso contrató a un grupo de bomberos privados para proteger su propiedad.
Los incendios de esta magnitud se han vuelto tan destructivos y comunes que las compañías de seguros han dejado de ofrecer seguros contra incendios. En julio de este año, las compañías de seguros cancelaron más de 1.600 pólizas de seguro contra incendios en Pacific Palisades. Y no sólo los ricos han perdido sus casas. Muchas familias de clase trabajadora también se han visto afectadas por estos incendios. ¿Y adónde irán ahora después de haberlo perdido todo?
A todos los niveles, vemos un fracaso total y completo de este sistema para mantener a la gente a salvo de esta destrucción. Las condiciones que alimentan estas tormentas de fuego no hacen más que empeorar. 2023 marca el récord de la mayor cantidad de carbono liberada a la atmósfera en un solo año, acelerando aún más la crisis climática. En lugar de aumentar las infraestructuras contra incendios, los gobiernos municipales y estatales siguen recortándolas. No importa si se trata de una administración demócrata o republicana, no se está haciendo nada para prevenir o responder adecuadamente a estos horribles desastres.
El verdadero responsable de que barrios enteros de Los Ángeles hayan ardido hasta los cimientos es unsistema enteroque no tiene en cuenta la vida humana y no puede mantenernos a salvo. Mientras sigamos viviendo bajo un sistema que valora más los lucros que la vida humana, todas nuestras vidas seguirán en peligro. Nuestras vidas son más importantes que su lucro.