Debemos oponernos a esta guerra contra el pueblo palestino

La guerra contra el pueblo de Gaza ha entrado en su séptimo mes. Son siete meses de bombardeos incesantes, del terror de las tropas invasoras israelíes, disparando a discreción contra la gente, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres. Se han bombardeado hospitales hasta convertirlos en escombros y se han descubierto escenas de ejecuciones masivas.

Al menos 35.000 personas han muerto, la mayoría niños y mujeres. Cientos de miles de personas huyeron al sur de la Franja de Gaza, a la ciudad de Rafah, por orden del ejército israelí. Hoy, 1,3 millones de personas esperan allí su destino, mientras Israel y sus aliados negocian con Hamás un alto el fuego, que sólo será temporal.

La gente se enfrenta literalmente a una hambruna masiva, ya que Israel sigue restringiendo el número de camiones que transportan alimentos, agua, suministros médicos y otras necesidades que pueden entrar en la región. El mundo está a la espera de ver, no si el ejército israelí desatará sus fuerzas de destrucción contra la población atrapada en Rafah y en otras partes de la Franja de Gaza, sino cuándo lo hará.

Esta es una guerra tanto de EE.UU. como de Israel. El Congreso de EE.UU. votó recientemente a favor de financiar otros 15.000 millones de dólares en armas para continuar la guerra genocida de Israel. Puede que no podamos opinar sobre cómo se gasta el dinero de nuestros impuestos, pero no tenemos por qué callarnos. Los estudiantes de más de 100 universidades han instalado tiendas de campaña para protestar contra la guerra que se está llevando a cabo en su nombre. Han exigido que sus instituciones pongan fin a las inversiones relacionadas con Israel y a sus asociaciones con Israel.

En varias universidades estos campamentos han sido atacados por la policía. Más de 2.000 estudiantes han sido detenidos, y varios de ellos suspendidos o expulsados de sus colegios. Biden se puso del lado de estos ataques. Denunció las protestas, diciendo que deben “hacerse sin violencia, sin destrucción”. ¿Violencia y destrucción? Los daños menores que se produjeron cuando algunos estudiantes ocuparon edificios universitarios no son nada comparados con la demolición, por bombardeos diarios, de hospitales, hogares, universidades -de todo- en Gaza.

Esas ocupaciones estudiantiles han contribuido a sacar a la luz el papel del gobierno estadounidense en esta campaña de terror contra la población civil de Gaza, y la violencia que están dispuestos a utilizar para silenciar a la gente en EE.UU.

Los estudiantes hacen bien en levantarse contra las amenazas de cárcel y disciplina por parte de las universidades. No todas las universidades han criminalizado a los estudiantes por oponerse a esta guerra. Algunas han dicho que considerarían demandas para dejar de invertir en fabricantes de armas, o que estudiarían la situación. Queda por ver qué significará esto. Pero no acabará con esta guerra. Eso depende de nosotros.

El mensaje de los gobernantes es claro. No retirarán su apoyo a Israel. Intentarán silenciar a quienes se oponen a la masacre, etiquetándolos de antijudíos o antisemitas. Y ello a pesar de que los judíos forman parte de algunos de los grupos más activos de este movimiento: Jewish Voices for Peace (Voz Judía por la Paz ) y Not In Our Name (No en Nuestro Nombre). Los estudiantes activos han sido amenazados con la suspensión y con no recibir recomendaciones cuando se gradúen. Y algunos tienen ahora antecedentes penales por oponerse a lo que la ONU y otras instituciones han calificado de genocidio y desastre humanitario.

No es la primera vez que se ataca a quienes se han opuesto al brutal funcionamiento de este sistema. Todos los movimientos por la justicia social de este país lo han hecho, incluido el movimiento sindical, la lucha contra la segregación racial y el movimiento contra la guerra de Vietnam. Los que están en el poder intentan suprimir la verdad. Las fuerzas israelíes han matado a más de 140 periodistas en Gaza. Y Al Jazeera y otros medios de comunicación, que no están bajo control israelí, tienen ahora prohibida la entrada en Gaza.

Quienes están en el poder no están negociando la paz. Están negociando la existencia misma del pueblo palestino. El futuro de toda una generación de niños que han vivido esta experiencia que les ha destrozado la mente y el cuerpo está sobre la mesa de negociación. Ante la realidad de esta horrible guerra genocida contra el pueblo palestino, debemos oponernos a ella de todas las formas posibles.

HIT US UP ON SOCIAL MEDIA