Gaza: La hipocresía de EE.UU. en plena exposición

The U.S. parachutes food parcels into the sea near Gaza, containing food for thousands, while millions of Palestinians face life-threatening starvation. (Image: New York Times)

A medida que la temporada electoral se pone en movimiento, el Partido Demócrata se muestra desesperado debido a su descarado apoyo al genocidio en Gaza. Biden tiene un grado de aprobación muy bajo, y cada día pierde más votantes a medida que se intensifica el genocidio. Si las elecciones presidenciales se tuviese lugar hoy, es poco probable que él ganara.

En respuesta, los demócratas han aumentado su hipocresía, actuando como si de repente apoyaran un alto el fuego y la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza. Pero, de hecho, han apoyado a Israel en todo momento, mientras masacraba palestinos, impedía la entrada de ayuda y destruía gran parte de Gaza.

Justo antes del “supermartes”, cuando muchos estados celebraban sus primarias presidenciales, la vicepresidenta Kamala Harris dio un discurso y supuso que apoyaba un alto el fuego inmediato en Gaza. En realidad, todo lo que Harris pidió fue una pausa temporal de seis semanas de los bombardeos israelíes, y culpó a Hamás como la única razón por la que todavía no se ha producido un alto el fuego.

Esto no es una llamada a un alto el fuego en absoluto. Las palabras de Harris no significan nada cuando EE.UU e Israel son los únicos responsables de los inmensos bombardeos que han tenido lugar en Gaza. No significa nada pedir un alto el fuego cuando EE.UU sigue proporcionando a Israel las mismas armas utilizadas para llevar a cabo esta masacre.

En su discurso sobre el Estado de la Unión, Biden también dijo unas palabras sobre la catástrofe de Gaza. Incluso se presumió de la patética cantidad de ayuda que Estados Unidos lanzó desde el aire la semana pasada en Gaza, y dijo que el ejército estadounidense construiría un muelle temporal para permitir mayores envíos de ayuda a Gaza por barco.

Sus palabras vacías no tienen nada que ver con los intereses de los palestinos. Biden es un hipócrita desesperado por conseguir votos y dispuesto a decir cualquier cosa para conseguirlos. Durante los últimos seis meses, su administración ha prestado un apoyo total a Israel, que ha masacrado a palestinos, destruido hospitales e infraestructuras vitales, a la vez que negaba casi toda la ayuda a Gaza, permitiendo que niños y bebés murieran de hambre. Si EE.UU se tomara en serio lo de dejar entrar la ayuda, podría haberlo hecho hace meses.

Mientras hablan de simpatía por el pueblo palestino, desde el 7 de octubre la administración Biden ha participado activamente en este genocidio proporcionando cientos de millones de dólares en ayuda militar a Israel. Incluso han tratado de ocultar la cantidad real de ayuda dividiendo los envíos en otros más pequeños, para no tener que informar al Congreso o al público.

Mientras que los demócratas no han mostrado límites a su hipocresía para aumentar las posibilidades de reelección de Biden, el Partido Republicano y una presidencia de Trump no ofrecen ninguna alternativa a esta carnicería. Trump ha apoyado abiertamente a las fuerzas sionistas de más extrema derecha de Israel y, al igual que Biden, respalda plenamente las acciones genocidas de Israel. En una reciente entrevista televisiva sobre la guerra de Israel contra Gaza, Trump expresó su apoyo al genocidio y dijo que el ejército israelí tiene que “acabar con el problema” en Gaza.

Biden y Trump no son iguales, pero defienden el mismo sistema, y ningún candidato ni partido pueden ofrecer ninguna solución a los problemas a los que nos enfrentamos. Ambos existen para defender la dominación económica y militar de EE.UU en todo el mundo. Tanto Biden como Trump han apoyado abiertamente las políticas antiinmigración en la frontera sur. Bajo cualquiera de los dos partidos, vemos un ataque constante a nuestro futuro, con un aumento de la desigualdad y una destrucción implacable del clima.

No importa qué partido esté en el poder, las vidas de los palestinos y las vidas de los trabajadores en nuestro país y en el extranjero seguirán siendo tratadas como prescindibles. No podemos depender de las urnas para defender nuestros intereses. Nosotros hacemos todo el trabajo para que la sociedad funcione, y también podemos utilizar ese poder no sólo para oponernos a este genocidio, sino para deshacernos de todo este sistema de explotación.

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